Tulio Me Llamó Comelón. Hoy Le Doy la Razón.
Todo comenzó con una conversación casual y una sonrisa que sabía más de lo que decía. Hace unos meses, me crucé con Tulio Zuluaga, el alma del Burger Master, y me preguntó:
—¿Vas a hacer la ruta del Master este año?
—No creo —le respondí, sin pensarlo demasiado.
Su reacción: una sonrisa, un apodo instantáneo — “Comelón”— y una predicción audaz:
“Cuando comience el Burger Master, ya las habrás probado todas.”
Y no estaba lejos de la verdad. Porque semanas después, comí —no solo probé— 76 hamburguesas de 80, en apenas dos semanas. Con criterio, sin pausa y con profundo respeto por el trabajo de cada cocinero.
Comer no es lo mismo que probar
Fui a comer con seriedad y con hambre real. No me interesaban los likes ni los videos virales: me interesaba descubrir. Y descubrí mucho. Hamburguesas ahumadas lentamente, panes de papa o de calabaza, salsas caseras fermentadas, ingredientes inesperados como la alcachofa o la intrigante guatila.
Encontré técnica, pasión y creatividad en lugares donde muchos no miran.
Más allá del número: lo que Tulio realmente construyó
El Burger Master vendió más de tres millones de hamburguesas este año. Sí, es un fenómeno comercial. Pero es mucho más que eso.
Es un movimiento que ha dignificado al emprendedor gastronómico colombiano.
Tulio no organizó solo un evento: activó economías, visibilizó talento y unió a millones de personas en torno a la comida.
Nace La Ruta: una guía hecha con criterio
Después de recorrer todos los establecimientos participantes del Burger Master, seleccioné mi top 12 personal, que compartiré en la nueva edición de La Ruta.
Este año, mi selección incluye 6 hamburguesas de Bogotá y 6 de Cundinamarca.
Me enfoqué en propuestas auténticas, distintas y experienciales, que ofrecieran algo más allá del sabor: concepto, identidad, una visión propia entre pan y carne, además de un excelente servicio y una experiencia general memorable.
Cada elección está basada en ejecución, equilibrio, propuesta, concepto y sabor.
No es una lista para agradar: es una guía para celebrar lo que realmente vale la pena.
¿Y las que no probé?
Sí, me faltaron 4. Y me quedé con ganas de probarlas.
También con la inquietud de explorar más regiones, más ciudades, más talentos que aún no tienen vitrina, pero sí una voz que merece ser escuchada.
Si algo tengo claro, es que para hablar con legitimidad de un top, hay que comer al menos 40. Mejor aún, todas. Y hacerlo con atención.
Crítica sí, pero que construya
En este oficio hay algo que no negocio: la crítica debe ser constructiva, no destructiva.
Cada hamburguesa representa esfuerzo, inversión, esperanza y una historia. Hay cocineros que se juegan su futuro en una semana.
Por eso, como Tulio, si algo no me gusta, simplemente no lo menciono.
No se trata de callar. Se trata de elegir construir, no derrumbar.
Porque este sector tiene muchísimo que aportar si lo fortalecemos con criterio, respeto y, sobre todo, con ganas de verlo crecer.
Y sí, Tulio tenía razón
Me lo dijo con una sonrisa. Y acertó: cuando comenzó el Burger Master, ya las había probado casi todas.
Pero lo más valioso no fue eso. Fue entender que detrás de cada mordisco hay una historia.
Y que ser Comelón no es exageración. Es compromiso.